Jair Silva, en el corazón del tartán | Ian Jair Silva ha dado sus primeros pasos en el atletismo.
Juega en la pista del tartán, sonríe al sentir los latidos del Estadio Jesús “Palillo” Martínez.
En el Día del Niño lo visitó la marchista Alegna González, quien se encuentra clasificada a los Juegos Olímpicos de Tokio2020, en los 20 kilómetros de caminata.
Pero Jair trae corriendo por sus venas el deporte, ya que sus papás son corredores y su tía Lizbeth es marchista, pero el principal impulsor que lleva al pequeño a la pista es su abuelo Francisco, quien orgullosamente le ha enseñado cómo debe poner sus pies en la salida de la meta.
Así juega y se divierte el pequeño que, además, disfruta ver las competencias de atletismo. Todavía no sabe qué prueba le gusta más, pero le fascina correr, mientras el sol hace que su pequeña figura se refleje en la pista.
Su energía desbordante contagia a quienes lo ven, le aplauden y él solamente sonríe y se refugia en los brazos de su abuelo.
Luego, otra vez se apodera de la pista, ahí siente un refugio para correr y divertirse.
Poco a poco irá creando su propia historia en el deporte, mientras tanto, sigue jugando en ese sitio donde muchos atletas comienzan a soñar en grande, en llegar al Olimpo.
Los vaivenes de la vida pasan a su lado.
Él está contento, jugando y esperando a ser un gran competidor.
Ha dado sus primeros pasos.
Jair Silva, en el corazón del tartán.
Redacción | todomenosfutbol.com
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