Por Samuel Estrada | Todo Menos Futbol
Ciudad de México — El 2026 no será un año cualquiera para el deporte mexicano. Será un punto de inflexión, un examen de conciencia colectiva sobre qué tanto valoramos realmente a nuestros atletas y cuánto entendemos del deporte más allá del espectáculo del futbol.
Ese año, México tendrá presencia en dos Juegos Olímpicos —los de Invierno Milano-Cortina y los de la Juventud en Arabia Saudita —, además de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Dominicana, y múltiples Copas del Mundo en disciplinas como tiro con arco, clavados, ciclismo y muchas más. Cada una de ellas representa una oportunidad de oro para medir el crecimiento del deporte nacional y el alcance de nuestros representantes.
Deportistas en específico Isaac del Toro vivirá su primer Tour de Francia.

Sin embargo, todo ese universo de talento corre el riesgo de pasar desapercibido bajo la sombra del Mundial de Futbol, un evento que monopolizará pantallas, portadas y conversaciones.
Ahí radica el verdadero desafío: la responsabilidad social y mediática. No se trata de negar la importancia del futbol, sino de ampliar la mirada, de reconocer que el país tiene decenas de historias que también merecen ser contadas, atletas que también compiten por México, y sueños que también valen la pena seguir.
Los medios de comunicación tienen la obligación de ser un contrapeso informativo, de ofrecer alternativas, de abrir espacio a lo diverso. La sociedad, por su parte, tiene el poder de elegir qué consumir, qué compartir, a quién apoyar.
En Todo Menos Futbol creemos en esa responsabilidad. Estaremos ahí, como siempre, a bordo de cada competencia, siguiendo cada logro y cada historia que confirme que el deporte mexicano es mucho más grande que un marcador.
Porque en 2026, más que nunca, el país necesitará voces que miren donde otros no miran.
¡Ojo ahí!



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