Inactividad un peligro ante pandemia | Las medidas de confinamiento imperantes en todo el mundo para inhibir la propagación de la Covid-19, favorecen el sedentarismo y sus consecuencias negativas en la preservación de la salud del ser humano.
Las personas físicamente inactivas y las que son consideradas sedentarias tienen mayor riesgo de muerte por enfermedades asociadas a ese modo de vida, en comparación con aquellas que incorporan la activación física a su vida y al mismo tiempo rompen con el sedentarismo en sus hábitos cotidianos.
Para el doctor Jorge Galindo Guzmán, residente de tercer año de la especialidad en Medicina de la Actividad Física y Deportiva de la UNAM, es importante diferenciar entre sedentarismo e inactividad física, ya que implican diferentes grados de riesgo para la salud.
El sedentarismo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se refiere a cualquier comportamiento en vigilia caracterizado por un gasto de energía menor a 1.5 MET (unidad de medida del índice metabólico) mientras se está sentado, acostado o reclinado. Un MET es el consumo mínimo de oxígeno que el organismo necesita para mantener sus constantes vitales.
Por otra parte, el término de inactividad física se refiere a cualquier nivel de movimiento que resulta insuficiente para cumplir con las recomendaciones actuales del ACSM (Colegio Americano de Medicina del Deporte): 150 minutos a la semana de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad vigorosa (misma recomendación que hace la Organización Mundial de la Salud para adultos y adultos mayores). “Aquella persona que no cumpla con este mínimo indispensable de actividad física a la semana es considerada físicamente inactiva”, afirmó Galindo Guzmán.
A nivel global, el sedentarismo y la inactividad física están asociados a enfermedades crónico-degenerativas, a muertes prematuras, a padecimientos como cáncer de colon y mama, y a la diabetes. Ante ello, el doctor Galindo Guzmán recomienda un estilo de vida en donde siempre haya espacio para la activación.
“Si los físicamente inactivos se volvieran súbitamente activos a partir de los 50 años de edad, estos sujetos ganarían tiempo de vida. Cada hora de estar sentado incrementa los riesgos a la salud, inclusive tomando en cuenta el efecto ‘protector’ de la práctica del ejercicio. Por lo tanto, no sólo es importante hacer ejercicio, sino también moverse durante el día, ya que “se puede ser físicamente activo y sedentario a la vez”, reiteró el especialista.
Algunas estrategias propuestas por el doctor Jorge Galindo son caminar mientras hablamos por teléfono; activarse durante los comerciales en la televisión; sustituir el uso del automóvil por el recorrido a pie o en bicicleta; preferir escaleras antes que el elevador; realizar pausas de trabajo en donde caminemos o realicemos algún ejercicio como sentadillas o lagartijas; estacionar el coche lejos para caminar más; y poner una alarma cada hora para movernos y así evitar la inactividad física prolongada.
Inactividad un peligro ante pandemia.
Redacción | todomenosfutbol.com
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