Iilegitimidad, conflicto institucional y perjuicio a atletas.
Caos en la Federación Mexicana de Esgrima | La esgrima mexicana vive una de las crisis más profundas de su historia. A casi dos años de haber perdido su reconocimiento oficial ante las autoridades deportivas nacionales e internacionales, la Federación Mexicana de Esgrima (FME) continúa operando en la ilegalidad, generando un conflicto institucional que ha escalado hasta afectar directamente a los atletas, procesos de selección y representación internacional.
El 6 de septiembre de 2023, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) revocó el Registro Único del Deporte (RUD) a la Federación Mexicana de Esgrima, al comprobar que no contaba con afiliación vigente a la Federación Internacional de Esgrima (FIE) y que sus actas de asamblea carecían de validez legal. En consecuencia, la FME dejó de ser considerada una Asociación Deportiva Nacional conforme a la Ley General de Cultura Física y Deporte.
La entonces presidenta de la Conade, Ana Gabriela Guevara, solicitó incluso acciones legales contra Jorge Castro Rea, quien permanecía al frente de la federación pese a las inconsistencias legales, entre ellas presunta falsificación de documentos y firmas ante instancias internacionales.

A pesar de la revocación oficial y la pérdida de legitimidad ante la FIE, Jorge Castro ha seguido operando bajo la figura de una Asociación Civil, autodenominada Federación Mexicana de Esgrima A.C.
Desde esa plataforma ha convocado selectivos nacionales, emitido rankings, expedido uniformes y promovido procesos clasificatorios a eventos internacionales sin el aval de las autoridades deportivas nacionales ni de la FIE.
Incluso convocó un supuesto selectivo nacional rumbo al ciclo 2025–2026, en total desacato a las normativas nacionales y sin que sus resultados sean reconocidos.
La controversia escaló cuando el Comité Olímpico Mexicano, encabezado por María José Alcalá, decidió reconocer como interlocutora válida a la estructura de Castro Rea, alegando que la FIE lo mantiene como presidente de la federación nacional. Esa afirmación ha sido desmentida por diversos medios especializados y por la propia FIE, que desde 2023 desconoce a Castro y no lo considera como dirigente oficial del organismo en México.
El conflicto derivó en la cancelación de las plazas obtenidas por tres jóvenes esgrimistas que alzaron la voz y ganaron su clasificación para los Juegos Panamericanos Junior Asunción 2025, Elliot, Vanessa y Max.
“Hoy desde el Campeonato del Mundo de Georgia, tenemos que levantar la voz, clasificamos legítimamente a los Juegos Panamericanos juveniles”, dicen los deportistas en un video que ha circulado en Redes Sociales.
El COM reasignó las plazas a otros atletas alineados con la FME de Castro Rea, provocando un nuevo foco de tensión y denuncias públicas por parte de padres de familia, entrenadores y especialistas del deporte.
Actualmente, decenas de atletas mexicanos se encuentran en un limbo deportivo: compiten sin certeza de que sus resultados tengan reconocimiento internacional, participan en selectivos cuestionados y enfrentan procesos de selección opacos.
Distintas voces del deporte mexicano han acusado al COM de proteger a Jorge Castro por vínculos personales o políticos, mientras que la Conade ha mantenido firme su postura de no reconocer a la federación como legítima. Esta guerra de instituciones ha dejado en segundo plano a quienes deberían estar en el centro de la ecuación: los y las deportistas.
Caos en la Federación Mexicana de Esgrima
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